Desde el inicio de la pandemia, las empresas han tenido que cambiar sus modelos de trabajo para poder adaptarse a las necesidades actuales de los trabajadores.

Surge aquí una nueva forma de entender la organización del trabajo cada vez más popular entre las empresas, denominada como trabajo asíncrono. Pero ¿en qué consiste?

El trabajo asíncrono es una manera de organizar el trabajo en equipo en el que los miembros del mismo no tienen por que coincidir, es decir, que pueden trabajar en distintos momentos del día. Su principal objetivo, es romper con el modelo tradicional sincrónico en el que no siempre se priorizan las tareas, convirtiéndose en tarea complicada poder diferenciar los importante de lo urgente. Además, en palabras de Phil Libin, co-fundador y antiguo CEO de Evernote, además de ser el principal promotor de esta modalidad, gracias a este método entendemos que no todo el mundo está disponible ni trabaja de forma productiva las mismas horas.

Se considera que son muchas las ventajas que acompañan al trabajo asíncrono. La productividad sería la principal, ya que, al no estar los trabajadores ceñidos a horarios estrictos, el trabajador se centra en sacar adelante su trabajo y los proyectos establecidos, beneficiando su atención focalizada. La información que los miembros del equipo que se vayan produciendo a lo largo del día estarán a disposición del resto en forma de video o grabaciones de audio, pudiendo acudir a esa información siempre que sea necesario. Esto hace que además aumente la motivación, y es que la flexibilidad y la facilidad en la conciliación hacen que los trabajadores den el máximo durante los tiempos en los que trabajan.

Está claro que la implantación de este tipo de metodologías exige de una redefinición de los equipos de trabajo y de la implantación de unos sistemas de comunicación nuevos que faciliten el trabajo de todos los miembros. Las reuniones de equipo no desaparecen con el trabajo asíncrono, simplemente se reducen al máximo para que estas sean productivas y se traten todos los temas de interés y con relevancia que tengan que ver con el proyecto (hay estudios que aseguran que eliminar al menos 3 reuniones a la semana aumentan la productividad en un 70%). Otra de las claves de la asincronía es el poder tener a disposición las herramientas tecnológicas necesarias que garanticen un nuevo control horario y una gestión eficaz del mismo.

A la hora de realizar procesos de selección y de atracción de talento, las miras amplían, y es que ya no solo se pueden crear equipos con miembros desde cualquier parte de España sin necesidad de que ninguno renuncie a su residencia habitual, sino que podemos construir equipos globales cuyos miembros pueden residir en Los Ángeles, Berlín o París. Básicamente, podemos centrarnos en la búsqueda del mejor talento sin importar donde viva o la posible diferencia horaria.

Cada vez son más las empresas que se han decantado por esta organización tras implantar la modalidad del tele-trabajo. El 63% de los empleados consideran que efectivamente querrían poder formar parte de una empresa con este tipo de método, pero la realidad es que de entre ellos, el 50% cree que las empresas actualmente no cuentan ni con las herramientas ni con las soluciones tecnológicas que puedan permitirles adaptarse. Además, el 51% cree que sus responsables o “jefes” no confían en sus trabajadores como para creer que las horas en las que están trabajando sean las que realmente les convengan, y por tanto no creen que puedan cumplirse ni los plazos ni los objetivos.

¿Se animarán cada vez más empresas a apostar por estas metodologías laborales? Habrá que esperar para verlo.

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