Las empresas están formadas por personas. Y las personas se consideran no solo una ventaja competitiva para las empresas, sino el motor de las mimas. Son, entre otros factores, la clave del éxito. Para poder competir en un mercado global como el de hoy en día, es necesario que cuenten con los mejores profesionales.

Así que, saber gestionar estos Recursos Humanos adecuadamente puede generar una ventaja competitiva para una organización frente al resto. Podría decirse que las personas, marcan la diferencia. Pero encontrar personal con amplios conocimientos y formación no es nada fácil. Si fuera así, estarían al alcance de todos y no generarían esa ventaja. A día de hoy, uno de los perfiles más demandados son los IT, profesionales de las tecnologías de la información como su nombre indica, como por ejemplo, diseñadores web, desarrolladores de software, o administradores de sistemas.

Se ha desatado una gran guerra por el talento, cuando a finales de los 80 las organizaciones comienzan a implementar el uso de la tecnología, los ordenadores. Una parte muy pequeña de la población sabía manejar este tipo de aparatos, que comenzaron siendo un factor diferenciador al alcance de unas pocas empresas, y pasaron a convertirse en un elemento imprescindible si una empresa quería sobrevivir en esta era de la transformación digital. Las personas que poseían habilidades sobre esta herramienta de trabajo se convirtieron en las más deseadas por todas las organizaciones que habían incorporado esta tecnología que generaba por aquel entonces una ventaja competitiva. Fue entonces cuando se desató una guerra por el talento entre las empresas cuyo objetivo era conseguir incorporar a estas pocas personas que conocían el manejo de esta nueva tecnología, provocando que se incrementaran los salarios y condiciones labores con el fin de lograr atraerlas.

La pregunta que las empresas se plantean ahora es: ¿Cómo atraer y retener el talento IT en un escenario de demanda creciente? Siendo conscientes que la demanda por este tipo de talento crece a ritmos vertiginosos y nunca parece ser suficiente. Es así como las organizaciones se inician en una batalla por la atracción de estos perfiles profesionales, ofreciendo un sinfín de beneficios y condiciones que acabarán sobrepasando límites que no se deberían superar. ¿Cuándo tocaremos fondo? ¿Qué son las empresas capaces de ofrecer por conseguir al mejor talento? El dinero ya no es incentivo suficiente, o al menos no equiparable a un buen salario competitivo junto con un seguro médico y una tarjeta restaurante. Cada empresa ofrece más y cada vez es más difícil elegir.  

¿Son los perfiles Junior la alternativa y solución a este problema?

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