El pasado 10 de octubre se celebró el Día Mundial de la Salud Mental, bajo el lema “Nuestro Planeta, Nuestra Salud”, como referencia a la interconexión existente entre una adecuada protección medioambiental y bienestar a nivel global con la repercusión que puede tener a nivel individual sobre nuestra salud, especialmente, en nuestra salud mental. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de un 60% de la población es activa a nivel laboral y, de ese 60%, aproximadamente un 15% padece un trastorno mental. Teniendo en cuenta que estas cifras son a nivel mundial, se trata de una situación grave en la que un porcentaje importante de la población no está recibiendo la atención necesaria sobre su salud mental.
El acceso a un trabajo digno puede ser un factor de protección frente a los problemas de salud mental ya que puede proporcionar un sentido de pertenencia e inclusión, logro y propósito, además de crear nuevas redes sociales en las que sentirse respaldado y apoyado. Pero al mismo tiempo, un empleo en el que no se respeten los derechos de las personas trabajadoras, donde exista un mal ambiente laboral o no estén adecuadamente definidos los roles profesionales puede acabar siendo un factor de riesgo para el desarrollo de trastornos mentales.
Aspectos como la carga de trabajo excesiva o mal organizada, no permitir la desconexión digital o de las tareas diarias, la violencia psicológica y el acoso laboral, una cultura organizacional inadecuada que no respalde a los trabajadores, ambigüedad e inadecuación de los roles profesionales o la discriminación por razón social, étnica o de género pueden actuar como disparadores de graves problemas en la salud mental de los trabajadores.
¿Qué medidas podemos implementar en los lugares de trabajo para la prevención en materia de salud mental?
1. Clima y bienestar laboral, medidas esenciales para un seguimiento adecuado de la salud de los trabajadores.
2. Trabajar la comunicación y las expectativas, sentir que se dispone de libertar para comunicar abiertamente problemas, dudas o cambios en las condiciones laborales, de forma que se fortalezca la confianza con la organización y se eviten situaciones tensas o generadoras de estrés.
3. Garantizar la desconexión digital y laboral, no extender los horarios laborales sin necesidad, permitir la total desconexión en vacaciones, festivos y fines de semana puede contribuir a mejorar la salud mental de los trabajadores al permitir la desconexión mental y física del entorno laboral, generando una mayor satisfacción y evitando una sobrecarga que repercutiría negativamente tanto en el rendimiento laboral como en la satisfacción.
4. Los descansos durante la jornada laboral, tomarse una pausa para relajarse, hacer ejercicios de estiramiento muscular, tomar el sol unos minutos o la pausa para el café y almorzar son hábitos que, solo con unos minutos, pueden ejercer un efecto muy positivo sobre problemas como el estrés y la ansiedad.
5. Normalizar el cuidado de la salud mental y promover las conductas positivas, la visibilización de los problemas de salud mental es clave para minimizar los problemas, dificultades y estigmas que acarrean. Una acción muy positiva en las empresas pasa por promover formaciones o talleres en los que se brinde información de los problemas de salud mental más comunes en los entornos laborales, como pueden ser el estrés crónico, ansiedad, Burnout o depresión; el disponer de acceso a profesionales sanitarios de salud mental (por ejemplo, dentro de seguros médicos) también puede actuar como factor de prevención para el desarrollo de estos problemas de salud.
En Serbyte IT estamos concienciados con la importancia de cuidar la salud mental de nuestros compañeros, por lo que acciones como la desconexión digital y los descansos, el seguimiento de la satisfacción laboral y libertad para la comunicación, entre otros beneficios, son aspectos que nunca dejamos de priorizar, nos regimos por políticas y estándares basados en la máxima de buscar la satisfacción real de todos nuestros trabajadores.